Por Claudia Saavedra |
Juan 18:36-37
"Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado, pero mi reino no es de aquí.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz"
La contundente respuesta de Jesús a Pilato, sabía dónde quedaba su reino, conocía su esencia y sabía que estaba en terreno enemigo. Era extranjero y no trataba de ganar algo para crear un negocio aqui. Y con esto no quiero decir que no hagamos negocios, sino que sepamos y vivamos conscientes de que esta vida es pasajera. Jesús no se aferró a lo que tenía, ni lo apreciaba como eterno.
Jesús habló mucho con su Padre hasta saber con certeza que eso era realmente su misión. Saber para qué nacimos nos da paz en los momentos difíciles, nos da fuerzas en medio del cansancio y nos permite estar parados con esta contundencia ante el enemigo, ante la familia, los amigos.
Somos real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable! 1P.2:9
Vinimos al mundo con un propósito, y el potencial que Dios puso en nosotros es mucho mayor que el que alcanzamos a vislumbrar!
Mientras formamos nuestras familias, estudiamos, trabajamos; oigamos su voz y Él nos guiará por el camino en el cual debemos andar.
Nuestro Padre diseñó para cada uno de nosotros algo maravilloso.
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