El testimonio de Juliana Batista, quien es la baterista de la banda de Brasil Antidemon, fue incluído en el libro evangelístico llamado "Changed", con historias de vida, lanzado recientemente en Holanda.
Uno de los principales objetivos de este proyecto es difundir el libro en las principales ciudades de Europa (por ejemplo, en instituciones culturales, escuelas de arte, escuelas de música, salas de conciertos, galerías, museos, bibliotecas y clubes).
Aquí un extracto del testimonio de Juliana:
“Mi nombre es Juliana Batista. Nací en San Pablo, Brasil en una familia no cristiana, pero siempre he tenido en mi corazón desde muy temprano un deseo por las cosas correctas en todos los sentidos. De alguna manera sabía que existía un mundo mejor que el que yo vivía y una vida diferente de la que yo conocía. De alguna manera deseaba conocer algo superior. ¡En verdad deseaba conocer a Dios! Pero eso no sucedió tan rápido.
La falta de algo que realmente satisfaga mi alma me condujo a un estado de tristeza profunda.
Siempre me ha gustado la música Rock y Pop. Hubo un tiempo que pasé a escuchar y disfrutar mucho y en muchas letras me identificaba y podía dejar mi mente viajar como para otro mundo, pero cuando caía en mi estado real, notaba que seguía muy triste y angustiada.
Mi familia siempre estuvo involucrada con culturas y religiones orientales, inevitablemente conocí un poco de esa área, pero nunca esas culturas y religiones me tocaban el corazón, nada de eso me traía alegría o una verdadera motivación para vivir (…) Yo quería ser diferente, tener más amistades e intentar salir un poco de aquel mundo que vivía. Conocí entonces la música electrónica, fui a algunas fiestas, pero la alegría que sentía era mentirosa y pasajera.
Un día un grupo de amigos me invitó a ir a un lugar donde se presentaban bandas en vivo. Cuando llegué vi que ese lugar era una Iglesia, y las bandas que tocaban allí pasaban un mensaje Cristiano. Era la Comunidad Zadoque que hoy se llama Crash Church. Al principio encontré medio sin nexo esa historia, pero como ya estaba allí me quedé. Mis amigos parecían haber disfrutado del lugar y los acompañé más veces y con el tiempo empecé a ir a los cultos que sucedía los domingos y poco a poco a escuchar más sobre Dios y sobre su plan de salvar el mundo a través del sacrificio de Jesucristo. Pero tenía muchas dudas y cuestionamientos (…) Traté de hacer la prueba de su existencia. Pedí que si Él realmente existiera, me hiciera entender. Saber cómo eran las cosas y que me librara de aquel sentimiento horrible de tristeza. En ese momento algunas cosas increíbles para mí comenzaron a suceder. Los textos de la Biblia que yo estaba leyendo, parecían hablar conmigo, me estaban haciendo entender lo que estaba pasando y entonces sentí una vez más, una presencia en mi cuarto, pero esta vez, era algo lleno de amor y paz. Sentí como si Jesucristo estuviese allí. Sentí en ese momento que Él se estaba revelando a mí y me hizo sentir consolada y segura. Sentí su amor . Sentí que si necesitaba me llevaría en sus brazos. Mi oración estaba siendo contestada. Un sentimiento de paz y esperanza me ha tomado cuenta. A partir de ese día todo empezó a cambiar! ¡Yo estaba conociendo a Dios!(…).
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